Un esguince de tobillo es un desgarro de los ligamentos (el tejido elástico resistente que conecta los huesos entre sí) en el tobillo.
Cualquiera de los ligamentos del tobillo puede lesionarse. Las torceduras suelen ocurrir cuando el tobillo rota hacia fuera, haciendo que la planta del pie mire hacia el otro pie (se invierta). Los ligamentos flojos en el tobillo, los músculos débiles, las lesiones de los nervios de la pierna, ciertos tipos de calzado (como los zapatos de tacón alto y estrecho) y ciertas maneras de caminar, tienden a provocar la rotación del pie hacia fuera, aumentando el riesgo de una torcedura.
Síntomas
La gravedad del esguince depende del grado de estiramiento o de desgarro de los ligamentos. En un esguince leve (grado 1), los ligamentos pueden estirarse pero, de hecho, no se desgarran. El tobillo no suele lastimarse o hincharse demasiado; sin embargo, una torcedura leve aumenta el riesgo de una lesión recurrente. En un esguince moderado (grado 2), los ligamentos se desgarran parcialmente. La inflamación y los hematomas son frecuentes. Por lo general, es doloroso y resulta difícil caminar. En el esguince grave (grado 3), los ligamentos se desgarran completamente, causando hinchazón y a veces hemorragia bajo la piel. Por consiguiente, el tobillo se vuelve inestable e incapaz de sostener el peso.
El tratamiento depende de la gravedad del esguince. Generalmente, las torceduras leves se tratan envolviendo el tobillo y el pie con un vendaje elástico, aplicando compresas de hielo en la zona, elevando el tobillo y, a medida que los ligamentos se curan, se aumenta de forma gradual el número de pasos y ejercicios. En las torceduras moderadas se aplica habitualmente un soporte para caminar, que se mantiene durante 3 semanas. Éste inmoviliza la parte inferior de la pierna pero permite andar con el tobillo lesionado. En las lesiones graves, puede necesitarse una intervención quirúrgica, pero existe controversia sobre este tipo de cirugía. Según algunos cirujanos, la reconstrucción quirúrgica de los ligamentos desgarrados y gravemente lesionados no es más eficaz que el tratamiento sin cirugía. Es muy importante la fisioterapia para restablecer el movimiento, fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio y tiempo de respuesta, antes de volver a las actividades intensivas.
Complicaciones
En un esguince puede también lesionarse el nervio que recorre uno de los ligamentos del tobillo. El dolor y el hormigueo consecuentes (neuralgia) se alivian, a veces de modo permanente, con una inyección de un anestésico local.
En ocasiones, el impacto de un esguince grave causa espasmos en los vasos sanguíneos del tobillo que reducen la circulación sanguínea. Por consiguiente, algunas zonas del hueso y de otros tejidos pueden resultar afectadas debido a la falta de irrigación, por lo que pueden comenzar a deteriorarse. Esta afección, denominada distrofia simpática refleja o atrofia de Sudeck, puede provocar hinchazón y dolor en el pie, a menudo intenso, que puede pasar de un punto a otro del tobillo y del pie. A pesar del dolor, la persona puede seguir caminando. La fisioterapia y los analgésicos administrados por vía oral pueden ser útiles. El síndrome de seno del tarso es el dolor persistente en la zona entre el hueso del talón (calcáneo) y el hueso del tobillo (talus o astrágalo), a raíz de una torcedura. Puede estar asociado con el desgarro parcial de los ligamentos dentro del pie.
Cualquiera de los ligamentos del tobillo puede lesionarse. Las torceduras suelen ocurrir cuando el tobillo rota hacia fuera, haciendo que la planta del pie mire hacia el otro pie (se invierta). Los ligamentos flojos en el tobillo, los músculos débiles, las lesiones de los nervios de la pierna, ciertos tipos de calzado (como los zapatos de tacón alto y estrecho) y ciertas maneras de caminar, tienden a provocar la rotación del pie hacia fuera, aumentando el riesgo de una torcedura.
Síntomas
La gravedad del esguince depende del grado de estiramiento o de desgarro de los ligamentos. En un esguince leve (grado 1), los ligamentos pueden estirarse pero, de hecho, no se desgarran. El tobillo no suele lastimarse o hincharse demasiado; sin embargo, una torcedura leve aumenta el riesgo de una lesión recurrente. En un esguince moderado (grado 2), los ligamentos se desgarran parcialmente. La inflamación y los hematomas son frecuentes. Por lo general, es doloroso y resulta difícil caminar. En el esguince grave (grado 3), los ligamentos se desgarran completamente, causando hinchazón y a veces hemorragia bajo la piel. Por consiguiente, el tobillo se vuelve inestable e incapaz de sostener el peso.
El tratamiento depende de la gravedad del esguince. Generalmente, las torceduras leves se tratan envolviendo el tobillo y el pie con un vendaje elástico, aplicando compresas de hielo en la zona, elevando el tobillo y, a medida que los ligamentos se curan, se aumenta de forma gradual el número de pasos y ejercicios. En las torceduras moderadas se aplica habitualmente un soporte para caminar, que se mantiene durante 3 semanas. Éste inmoviliza la parte inferior de la pierna pero permite andar con el tobillo lesionado. En las lesiones graves, puede necesitarse una intervención quirúrgica, pero existe controversia sobre este tipo de cirugía. Según algunos cirujanos, la reconstrucción quirúrgica de los ligamentos desgarrados y gravemente lesionados no es más eficaz que el tratamiento sin cirugía. Es muy importante la fisioterapia para restablecer el movimiento, fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio y tiempo de respuesta, antes de volver a las actividades intensivas.
Complicaciones
En un esguince puede también lesionarse el nervio que recorre uno de los ligamentos del tobillo. El dolor y el hormigueo consecuentes (neuralgia) se alivian, a veces de modo permanente, con una inyección de un anestésico local.
En ocasiones, el impacto de un esguince grave causa espasmos en los vasos sanguíneos del tobillo que reducen la circulación sanguínea. Por consiguiente, algunas zonas del hueso y de otros tejidos pueden resultar afectadas debido a la falta de irrigación, por lo que pueden comenzar a deteriorarse. Esta afección, denominada distrofia simpática refleja o atrofia de Sudeck, puede provocar hinchazón y dolor en el pie, a menudo intenso, que puede pasar de un punto a otro del tobillo y del pie. A pesar del dolor, la persona puede seguir caminando. La fisioterapia y los analgésicos administrados por vía oral pueden ser útiles. El síndrome de seno del tarso es el dolor persistente en la zona entre el hueso del talón (calcáneo) y el hueso del tobillo (talus o astrágalo), a raíz de una torcedura. Puede estar asociado con el desgarro parcial de los ligamentos dentro del pie.
PD: Dedicado a Samuel e Isabel(acrópolis)
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