Se trata de nuestras bicis, monturas, jacas,o como las queráis llamar.¿comó que las bicis hablan? pues si queridos lectores ,no solo hablan si no que también escriben cartas.,al menos la bici de Willy por lo que me cuenta a continuación sobre una carta que le ha escrito su "nenina"(es como él la llama):
Hola a todos y a todas. Soy la Nenina, la compañera de dos ruedas de Willy en sus salidas repechineras. Me alegró mucho leer el artículo del otro día del Sargento Playu titulado “por sus monturas les conoceréis”, pues por fin nosotras somos las protagonistas.
Hoy hago la crónica yo en vez de Willy.
Nosotras también tenemos nuestros “nombres de guerra “, Playina, Caleyera, Guelina, La Flaca …. y discrepamos de la opinión del Sargento de “ ye mas importante el indio que la flecha “. Como poco, nosotras tenemos LA MISMA IMPORTANCIA que los “ bultos pedaleantes “ que llevamos encima.
Si lo importante es “el indio “, ¿ porqué nos están cambiando piezas cada poco ?. Que si unas ruedas mas ligeras, que si una potencia, que si una horquilla….. ¿ es que el indio ya no puede con la flecha que tiene ? . Porque nosotras no nos quejamos, que si este engordó, que si no corre ni bajando……
Total, importancia INDIO, 50%, importancia FLECHA, 50%.
Bueno, a lo que voy. Como tengo al Willy que quiere subir a los Lagos de Covadonga ( para él es un gran reto ), hoy preparé yo una ruta toda por asfalto para que vaya entrenando.
Para empezar subimos el Alto de la Madera, donde un grupo de compañeras, de ruedas finas, nos pegaron una pasada que me quitaron las pegatinas de la parte izquierda. Willy, a su ritmo, sin prisa pero sin pausa y buscando su golpe de pedal. Una vez arriba, tuvimos el golpe simpático del día. Aparece un señor mayor y le dice al Willy: “ ¿ puedes ayudarme a empujar el coche, que no lo puedo sacar del prado ?, Willy empuja, el señor acelera, y lo siguiente que vi fue a mi compañero lleno de barro de arriba abajo, como en una película de risa, parecía que en vez de asfalto, veníamos de una salida dominical normal. Yo de la risa, me caí al prado y Willy bajó unos cuantos santos del cielo en 10 segundos. Total, el coche en el prado, ciclista pintado de marrón y yo impecable.
Para no alejarnos de Gijón, giramos a la izquierda en el alto, y subimos por junto a la cantera, el repechín que le gustó tanto a Ferre el último día de ruta. Subimos a Huerces, bajamos a la Camocha y subimos nuevamente al Picu del Sol, por asfalto ( menos los últimos “50m.”).
Seguimos hasta la cumbre, y luego bajamos un poco y seguimos hacia Los Callos. Mi compañero estaba bien, y el ritmo era bueno ( tampoco puedo pedir peras al olmo, ya me entendéis …. ), viendo que no se achicaba por las subidas, seguimos en dirección al pinar , pero no bajamos por él, volvimos hacia Huerces por carretera y de ahí a casa.
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