Cuando en la vida de una persona todo gira al rededor de un mismo tema ,creo que se convierte en una adicción peligrosa y perjudicial.En esta entrada sabréis si vuestra adicción es buena o sois unos auténticos yonkis de la bici.
Si en una marcha ciclista o en una salida con los amigos te ocurre alguna de estas cosas
-Te empeñas en ir en un grupo con un ritmo muy superior al tuyo y acabas desfondado.
- Te deprimes porque no consigues acabar una marcha o un ciclo maratón, o no lo hiciste en el tiempo previsto.
- No asimilas el paso de los años o de las circunstancias de la vida, queriendo rendir igual aunque por tus obligaciones (p.ej.: tener hijos) no puedes entrenar lo mismo, o no dejando que alguien más joven te sobrepase (o una mujer, pero eso ya daría para otra entrada).
- Has sido competidor y sigues haciendo carreras en el ámbito cicloturista (adicto a la competición).
- Aún siendo profesional, no sabes admitir una derrota y se le va la fuerza por la boca (como en el Giro...el famoso Riccó).
entonces es que la bici ya deja de ser una diversión y un entretenimiento.Como el paracaidista de la foto que salta con la bici.
El exceso de testosterona, por muy bien que le vaya a los músculos, tiene su parte negativa, y es que puede inducir a la agresividad. Ojo: no estoy diciendo con esto que aquellas personas con mucha testosterona sean agresivos por naturaleza; la agresividad no se dispara así porque sí, siempre hay un detonante, y si la persona, por mucha testosterona que tenga, ha aprendido a regular sus impulsos, no tiene por qué tornarse en agresiva.
Lo que sí que podemos encontrar aquí es una tendencia, por así decirlo, química o innata,al masoquismo: el exceso de testosterona. El deporte, en general, permite canalizar la agresividad en logros ,en lugar de violencia, así, en lugar de utilizar esa testosterona para soltar un puñetazo al que se nos cuela en la cola del pan la gastamos sudando tinta sobre la bicicleta.
El deporte, en general, hace a las personas más tolerantes, sociables y con capacidad de sacrificio. Pero si se torna en obsesión ,no es nada beneficioso. ¿Y cómo me doy cuenta de si estoy obsesionado? Si te ocurre alguna de estas cosas:
-Durante la semana, y aunque mi trabajo no me apasione, me encuentro mejor que cuando llega el sábado y pienso en coger la bici (en serio, hay gente que lo lleva mal aunque parezca una incongruencia).
- Cuando me acerco a la salida con los compañeros. siento algo que me reconcome por dentro, me encuentro nervioso y me invade cierta intranquilidad.
- Al terminar la jornada ciclista, no me siento bien a menos que haya conseguido estar en el grupo de cabeza.
- Me cuesta dormirme pensando que no he entrenado lo suficiente para la marcha que tengo dentro de un mes.
- Estoy continuamente (más de lo necesario para llevar una vida sana) investigando y buscando dietas o productos que puedan aumentar mi rendimiento. Esto si que es muy grave
- Mis amigos se reducen al ámbito ciclista.
Si algo de esto te está ocurriendo, ten cuidado. La obsesión, puede llevar a la agresividad o a la depresión. Prueba un día a tomarte una salida con los compañeros como un paseo(yo lo hago todos los Domingos), sin salir detrás de nadie, manteniéndote en el grupo que lleve tu ritmo. Ríete con tus compañeros y gástales bromas ,disfruta de ellos y de la naturaleza.
Porque lo que vivimos en el deporte es, en la mayoría de los casos, reflejo de lo que hacemos en las otras facetas de nuestra vida.
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