Este Martes el Capitán Llantatriste(Sargento Playu) había pedido voluntarios para una misión especial, gente con experiencia en caleyas, a los que no les asustara ni el barro ni las trialeras, que no temiesen a subidas con extremas pendientes ni descensos vertiginosos, pero sobre todo que no temiesen a la meteorología.
No pensaba reclutar a mucho personal para semejante misión ,pero su sorpresa fue grata cuando pudo ver en Pelayo a siete auténticos bravos:Turonman de Alquezar, Trancas Bocanegra, Walterio Malatesta Rubiera, Conde Duque de Yogurín, Francisco de Kike con K y Villegas, Iñigo de Balboa Desdelpicu, y Ginés Transmisiones.
Todos componentes del viejo tercio de Cimavilla, partieron por el muro para conquistar los montes de Flandes con los dientes apretados,cascos bien ceñidos,barbas cerradas, mallots cubiertos por barro y bicicletas relucientes, fijos los ojos en los falsos llanos que les acechaban, dejando tras de sí las huellas que marcaban sus cubiertas.
Tuvieron su primer encuentro con el enemigo en la batalla de Rosario Acuña, todos salieron victoriosos de tal enfrentamiento, mas tarde sufrieron otro breve encuentro con los enemigos de la corona de Gigia en la región de Estaño, en este encuentro Francisco de Kike sufrió unos pequeños arañazos por parte del enemigo que no le impidieron proseguir la misión.
Patrullando por la Ñora sufrieron una pequeña emboscada que les hizo llegar hasta la región de Quintueles, cruzaron este paso sin ningún percance y se adentraron en la región de Quintes, aquí se metieron en otra refriega que les hizo salir en persecución del enemigo hasta que llegaron al Río España, esta vez los insurrectos se escaparon vivos debido a que el caudal de río impedía cruzarlo, pese a intentar buscar una zona para vadearlo tuvieron que desandar el camino hecho.
Se adentraron en la región de Deva, capital de Flandes, aquí algunos bravos sufrieron mas de la cuenta debido a las trifulcas anteriores, llegados a lo alto de la colina de Flandes Malatesta Rubiera malherido nos dijo que le abandonasemos, pero nosotros nunca abandonamos a un amigo, proseguimos en busca de mas infieles por la región de la Llomba y de la casa de la radio, parecía que los enemigos se habían percatado de nuestra presencia por lo que debían de haber salido huyendo, en este momento fue cuando el capitán optó por parar en la Posada de la Camocha para reponer fuerzas con unas hogazas de pan con chorizo y unos sorbos de buen vino.Los Bravos aprovecharon para comentar las batallas realizadas, tanto las presentes como las pasadas.
Aquí los Bravos se fueron despidiendo del Capitán, no sín antes decirle que era un placer servir bajo sus ordenes, a lo que el capitán respondió que era un orgullo mandar a un grupo de hombres tan audaces y valientes y que con ellos iría hasta el mismísimo infierno si fuera o fuese necesario.
4 comentarios:
El jueves escribiremos otro capítulo. Viviremos más y mejores aventuras. Puede que Sancho el gobernador de la ínsula de Barataria, (o la barranquilla), se digne acompañarnos en tan delicada empresa.
Muy buen relato Fermin.La verdad es que pegasteis una buena cera los de la elite.
Da gusto contarse entre los protagonistas de tan épicas aventuras.
A FÉ MÍA QUE BUENA MANO HA GUIADO VUESTRA PLUMA EN ESTA CRÓNICA , PARDIEZ,Y BLANDIRÉ MI BICICLETA CON CUALQUIER AFRANCESADO QUE OSE DUDAR DEL VALOR DE TAN BUENOS SOLDADOS AL SERVICIO DE LA CORTE DEL REY REPECHÍN I EL PEDALEADOR.
Publicar un comentario