viernes, 22 de octubre de 2010

El engaño de la "operación puerto"


Todos los aficionados al ciclismo conocéis de que va la “operación puerto”.Lo primero que quiero decir es que el texto que sigue a continuación no es ni mucho menos mío, no me da la cabeza para tanto, y el tiempo y los medios tampoco.
El autor del mismo es Carlos Arribas, de El País, y si no me equivoco constituye la ponencia que el periodista madrileño dio en las jornadas sobre "Los nuevos caminos del ciclismo" en Melbourne (Australia) con motivo de los recientes Campeonatos del Mundo. De hecho, el texto aparece en la página web de dicha conferencia. Es de justicia reseñar que accedí a este trabajo a través del blog Ciclismo 2005..  Por cierto un blog excelente de ciclismo .Este es el texto ,un poco extenso pero así tenéis para todo el fin de semana, merece la pena que lo leáis, sobre todo el último párrafo :

La "Operación Puerto", la intervención policial acaecida en Madrid contra una red organizada de dopaje, fue el resultado de la curiosidad de un detective, de un teniente de la Guardia Civil que, tras romper algunas tramas de falsificación y distribución a gran escala de esteroides anabolizantes, quería saber cómo se organizaba el último escalón, la de distribución de sustancias y métodos entre los atletas. Para hallar esto, necesitó que un juez le autorizara a realizar ciertos pinchazos telefónicos y a vigilar a uno de los más reputados médicos deportivos de España, Eufemiano Fuentes.

Las consecuencias de sus hallazgos le superaron, la falta de entusiasmo de los jueces por sacar a la luz los secretos de Eufemiano le paralizaron.
En la tarde del 23 de Mayo de 2006 Paco Mancebo sintió que su vida cambiaba para siempre cuando una radio española [N.delT.: Cadena Ser] informa de la detención de Eufemiano Fuentes, Manolo Sáiz y otros, así como del descubrimiento de docenas de bolsas de sangre en dos apartamentos en Madrid. Justo después un amigo telefonea a Mancebo, que está en su casa de Ginebra. "Estoy jodido, realmente jodido", dice el corredor. "Una semanas antes estuve en casa de Eufemiano preparando sangre para el Tour. Dejé ahí un par de bolsas". Toda la carrera y la vida de Mancebo se reduce a esas dos bolsas, junto a varias más que había dejado preparado en meses anteriores, y de repente se ve sumergido en un escéptico y paralizador estupor del cual le intenta sacar su mujer Luisa. "Algo hay que hacer", dice, "algo tiene que poder hacerse. Y lo haré".
Luisa piensa. En ese momento no ha sido revelado el nombre de ningún corredor implicado y, a pesar de que todo el mundo en el mundillo ciclista sabe que Mancebo es uno de los clientes de Eufemiano, aún puede evitarse que su nombre se haga público si coopera con la investigación. Unos días después, a través del CSD, Mancebo se pone en contacto con Enrique, el teniente que había iniciado los pinchazos telefónicos unos meses antes, interceptando e investigando los movimientos de Eufemiano Fuentes y sus amigos que iban a desencadenar la Operación Puerto.. Mancebo cuenta al teniente su vida.

Le explica como unos años antes su director, cansado de verle acabar siempre sexto o séptimo en las grandes carreras a pesar de su gran clase, calidad y capacidad de sufrimiento, le dijo un día: "Paquito, tienes que ir al médico, el médico decide quién gana la carrera, la clasificación general de la Vuelta y el Giro, todos los que no van con él no valen un pimiento".

Paquito va y ve al médico, Eufemiano, que le hace sentarse en una silla y le pregunta: "¿Cuánto te queda para acabar tu contrato? ¿Dos años? Pues el primero vamos a ir con calma, sin tomar riesgos, y en el segundo iremos con todo". Le prescribe anabolizanes ("alubias") para el invierno, EPO desde enero y HMG (hormona del crecimiento) (“poder”) para las grandes carreras. La primera vez que tomó Andriol (el anabolizante), Paco no pudo dormir por la noche pensando que a la mañana siguiente un inspector de la UCI pudiera venir y pasarle un control antidopaje. Nadie viene y, a pesar de que Eufemiano intenta calmarle diciéndole que no hay peligro, se deshace de todos los medicamentos. Mancebo no mejora sus actuaciones, ni las empeora: sigue donde estaba. Se rompe el mito. Mancebo no gana. Y tampoco lo hace al año siguiente, cuando comienza a recibir transfusiones de sangre. Un día va a la oficina de Eufemiano y éste le hace sentarse para extraerle más de un litro de sangre. "Eso es todo", le dice, "cuando el Tour dé inicio la sangre te estará esperando en Limoges para el día de descanso, así lo organizo yo, tengo compañeros que se harán cargo de todo, no te tienes que preocupar de nada".


Enrique, el teniente de policía español, debe instruir un caso de crimen contra la salud pública (recordemos que en mayo de 2006 aún no había entrado en vigor la ley antidopaje que criminaliza la acción de quienes promueven u organizan actividades de dopaje) y para probarlo necesita pacientes, deportistas, que hayan puesto su vida en peligro por seguir las instrucciones de Eufemiano. Mancebo no puede ayudar con eso. No puede inventarse un choque anafiláctico, una reacción alérgica, una enfermedad derivada de las sustancias que le suministró Eufemiano o causada por transfusiones practicadas sin medios sanitarios sino en hoteles, casas o cuartos de baño de estaciones de tren.

Una semana antes del Tour, El País empezó a publicar documentos encontrados entre los archivos que habían sido mantenidos en secreto hasta entonces. A la mañana siguiente, los ciclistas españoles boicotearon el Campeonato Nacional de ciclismo, que no se disputó por primera vez en su historia. Sólo dos corredores, Pedro Horrillo y Paco Mancebo, tomaron la salida. Dieron una vuelta al circuito y se fueron a casa.

El Tour, alarmado por la posibilidad de que algunos corredores implicados empañaran su carrera, pide un informe oficial al presidente del CSD, Jaime Lissavetzky, para entregárselo a los equipos en una reunión mantenida en Estrasburgo con objeto de que éstos iniciaran una purga interna. Mancebo, como Basso, Ullrich, Sevilla y todos los corredores de Liberty, deben irse a casa antes de la salida. Poco después el AG2R, el equipo donde creía que iba a hacerse rico, le despidió, aun pagando el resto de su contrato.
No investigan las franquicias de la red de Eufemiano en sus propios países, los médicos que trabajan con él, que ayudaban a establecer "bancos de sangre" seguros para Giro y Tour. Enrique colabora con Italia y Alemania. Les ayuda a encontrar agujeros lejos que les habilitarán para tomar muestras de las bolsas de sangre, hacer confesar a Basso, castigar a Ullrich y otros muchos.

En 2007 Mancebo corre en Relax, un equpio de segunda división que quiere dar una oportunidad a todos los perdidos en el limbo como Sevilla, Santi Pérez y Vicioso. Busca acuerdos con el CSD, quiere controles médicos oficiales, probar que puede empezar desde cero. El experimento falla y se hunde una vez que la Vuelta rechaza la participación de los sospechosos. Al año siguiente Mancebo se va a Portugal, ganando 900 euros al mes. Nadie le sanciona, pero no hay ningún equipo importante que se atreva a contratarle. Está en la lista negra.

Alejandro Valverde también está en la lista negra, acosado y acusado desde todas partes, manteniéndose a flote sólo por la fuerza de su equipo Caisse d’Épargne. Su nombre es el símbolo de la Operación Puerto. Incluso cuando Eufemiano estaba bajo arresto en la comisaría de policía preguntó si irían a por Valverde, uno de sus clientes que aseguró que estaba envuelto.

De cualquier manera, a pesar de que una lista de bolsas de sangre incluye la nota "Valv (Piti)", Enrique no pudo encontrar suficientes pruebas, ni grabaciones telefónicas, diarios, calendarios de dopaje... como para añadir el nombre de Valverde a su lista. Manolo Sáiz y su mánager, Carlos Bueren, llaman a los periodistas: "¿por qué no habláis de Valverde?", les retan, “mencionad a Valverde, no tengáis miedo”, y acompañan la invitación con un envoltorio de recortes de un diario [NdelT. Probablemente, AS] en el cual se ve a Valverde con su perro, llamado Piti. Y todo el mundo sabe que el perro de Basso se llama Birillo, y que todos los alias usados por Eufemiano son los nombres de las mascotas de los deportistas (excepto para Mancebo, llamado Goku por el personaje de Dragon Ball) y se preguntan por qué Valverde sigue corriendo y ganando como si nada hubiera pasado.

Mancebo no significa nada y Valverde es el símbolo. La de Valverde acaba con una sanción mundial aplaudida por los supervivientes, que han conseguido cambiar únicamente lo justo para que el negocio siga siendo igual, a pesar de que el CONI se haya saltado todos los procedimientos legales, las precauciones normales, los estándares judiciales. La persecución a Mancebo, que tiene ahora 34 años, continúa y persistirá hasta que se retire. En 2009, gracias a su amigo Óscar Sevilla, exiliado en Colombia donde encontró el amor y un equipo donde sigue en su mal camino y acaba de dar positivo, Mancebo experimenta la locura del equipo yanqui Rock&Racing. Incluso gana una etapa de la Vuelta a California, siendo líder hasta que el equipo RadioShack de Leipheimer tira en bloque para eliminarle y sufre una caída en la etapa reina.

En 2010 el equipo americano desaparece, Mancebo se queda sin empleo, participa en carreras de mountain bike y encuentra un espónsor griego para un equipo en Murcia.Brilla en la Vuelta a México y el Tour de Utah, gana la Vuelta a Guadalupe. Viendo que su futuro parece asegurado con un gran espónsor, llama a su antiguo director Eusebio Unzué para que le contrate, para volver al Pro Tour cinco años después de la Operación Puerto. Unzué rechaza el ofrecimiento.

Ha recibido alguna información de la Federación Española. "Cuando el proceso por crimen contra la salud pública empiece contra Eufemiano, Merino Batres, Sáiz y otros acusados, pediremos al juez las bolsas de sangre", le cuentan a Unzué, "y empezaremos con las sanciones, incluido Mancebo, así que no le contrates". El ciclismo sigue siendo lo mismo pero sin Mancebo que en septiembre, en lugar de correr la Vuelta a España, corre la Vuelta a Bulgaria, donde acaba tercero y encuentra que aún hay carreras UCI sin controles antidopaje.

Unos meses después de la Operación Puerto, Enrique se encuentra a José Luis Merino Batres, propietario de un laboratorio de análisis clínicos y el hombre que organizara la logística de las transfusiones de la Operación Puerto, en la calle. Tras saludarle, le dice al teniente: "El tío del que más me compadezco es Mancebo. ¿Sabes que tenía un hematocrito natural tan alto, 49, que no podíamos darle nada porque sería detectado fácilmente? Sólo le dimos placebos y poco más. Le engañamos durante años".


Vamos como diría aquel "pa mear y no echar gota" no vaya ser que des positivo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No te puedes fiar de nadie. Manda huevos.
Un saludo.
Tori

CIMAFERMIN dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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