lunes, 18 de marzo de 2013

Volvemos a la prehistoria




Hace una temporada estaba de moda la dieta Duncan, si la que estaba basada  solo en la ingesta de proteínas, pasa la moda y llega otra en cuanto al tema dietas, la dieta paleolítica y como siempre de donde vienen este tipo de modas pues de USA.
Hace ya más de 25 años que nació en Estados Unidos la paleodieta, una forma de alimentarse basada en lo que teóricamente comían nuestros antepasados en la era Paleolítica, cuando el hombre era cazador-recolector, antes de que se desarrollaran la ganadería y la agricultura.
¿En qué se basa la paleodieta? La base principal de esta propuesta nutricional se apoya sobre la idea de que los seres humanos, a través de miles de años de evolución, hemos adquirido una serie de características genéticas adaptadas a una forma de alimentarnos que dista mucho de la dieta que consumimos actualmente. Y, según los defensores de la paleodieta, es precisamente esta incompatibilidad entre el diseño de nuestros genes y los alimentos que consumimos en la actualidad.
En su libro El Mono Obeso  el Dr. José Enrique Campillo Álvarez, especialista en Medici­na Darwiniana o Evolucionista, expone que “Nosotros somos el resultado de millo­nes de años de evolución. Nuestros genes han evolucionado adaptando nuestro or­ganismo a las diferentes formas de alimen­tación, que los cambios en el ambiente impusieron a nuestros ancestros. En con­secuencia, nuestro diseño metabólico es el resultado del ajuste continuo a esos cam­bios.
Parte de esas modificacio­nes genéticas son una serie de genes llama­dos “genes ahorradores”, que han permiti­do a los hombres sobrevivir en épocas de hambre, pero que en situaciones de so­breabundancia de ciertos tipos de alimen­tos dan lugar a numerosas enfermedades metabólicas”.

 Esta dieta se basa en los alimentos que supues­tamente consumían los hombres en la Edad de Piedra, cuando eran cazadores-recolectores. Los componentes principales de esta dieta son los alimentos que se cree que nuestros antepasados encontraban en el medio natural. Entre los alimentos de origen vegetal están las frutas y verduras, las raíces y tubérculos, los frutos secos y los aceites vegetales crudos. Entre los ali­mentos de origen animal están las carnes magras, los huevos y los pescados.

La pa­leodieta excluye aquellos alimentos que se introdujeron en nuestra dieta tras el desa­rrollo en el pasado de la agricultura y la ganadería y, más recientemente, de la in­dustrialización, como son los cereales, las legumbres, los productos lácteos, la sal, el alcohol, las carnes grasas, el azúcar refina­do y los productos procesados industrial­mente.

La dieta típica occidental se basa en un 70% en alimentos que no estaban presen­tes en la era Paleolítica (cereales, lácteos, azúcares refinados y grasas procesadas). Los defensores de la dieta paleolítica, tras las observaciones de los pueblos actuales de cazadores-recolectores y de otras pobla­ciones no occidentales, consideran que una dieta que se acerque al modelo paleo­lítico puede ayudar a reducir el riesgo de diversas enfermedades (enfermedad car­diovascular, síndrome metabólico, diabe­tes tipo 2, cáncer, etc.).


Los estudios de observación realizados en poblaciones que siguen un tipo de dieta más paleolítica han mostrado unas tasas de enfermedades occidentales muy bajas o casi inexistentes. En cuanto a los estudios científicos sobre la paleodieta, lo cierto es que a día de hoy, la mayoría de los estudios de intervención que se han hecho se han realizado sobre una muestra muy pequeña de individuos, que además presentaban alguna patología. 

Conozco a algunas personas que han desterrado de su dieta hace tiempo los lacteos,los cereales y la verdad es que no les he notado ningún cambio a simple vista,aunque hablando con ellos dicen que con esa dieta se encuentran mucho mejor, pues me alegro por ellos.

1 comentario:

Jose dijo...

Al final creo que todo se reduce al equilibrio, nada es bueno ni en exceso ni por defecto. Los alimentos procesados en su justa medida no me parece que sean perjudiciales de por sí. Pienso que esas poblaciones que sirvieron como referencia para hacer la comparación con la típica dieta occidental no solo se diferencian de nosotros en lo que comen, también probablemente en una vida menos sedentaria y eso afecta directamente a la relación alimentos/salud. Pero bueno, solo es una opinión dada desde la ignorancia.

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