Articulo de la revista Runners World:
Muchos son los corredores a los que les gusta ir de cañas después de entrenar. Pero, ¿es ésta realmente una costumbre saludable? ¿Puede afectar negativamente a nuestro rendimiento un consumo continuado de alcohol? Para alegría de sus amantes, parece que beber cerveza después de entrenar es, como mínimo, igual de saludable que beber agua, siempre y cuando el consumo de cerveza sea moderado.
La cerveza es el producto de la fermentación de una mezcla
de agua, cereales y lúpulo. El nivel de alcohol de la cerveza es bajo (entre el
4% y 6,5% de su volumen). Contiene un 4% de carbohidratos en forma de
maltodextrinas que se metabolizan lentamente, liberando la glucosa al torrente
sanguíneo de forma lenta y ocasionando un pico de glucemia moderado. La cerveza
también aporta substratos metabólicos que reemplazan las pérdidas ocasionadas
por el ejercicio como son aminoácidos, diversos minerales (sodio, potasio,
magnesio, fósforo y calcio), vitaminas del grupo B y antioxidantes.
Así, la cerveza es una bebida bastante rica en nutrientes de
especial importancia para los deportistas como son las vitaminas del grupo B
(necesarias para obtener energía de los hidratos, las proteínas y las grasas) o
los antioxidantes, necesarios para contrarrestar el estrés oxidativo derivado
de la práctica del deporte.
Según la Federación Española de Medicina del Deporte, una
bebida ideal de rehidratación debería tener entre un 6% y un 8% de hidratos de
carbono, un contenido moderado de sodio y una cierta cantidad de potasio. La
composición de la cerveza se ajusta bastante bien a estas características. El
gran inconveniente que tiene la cerveza como bebida de rehidratación después
del entrenamiento es su contenido en alcohol que, según sus detractores,
desaconseja totalmente su consumo por parte de los deportistas. El alcohol
puede alterar diversas funciones corporales y comprometer la salud y el
rendimiento del deportista.
El Dr. Pedro Manonelles, secretario general de la Federación
Española de Medicina del Deporte, en unas declaraciones realizadas en el año
2009, afirmaba que “cualquier cifra de alcohol afecta significativamente tanto
al rendimiento como a la recuperación del deportista. Pequeñas cantidades de
alcohol (a partir de 0,2 gramos de alcohol por litro de sangre) tienen efectos
sobre diver sa s funciones neuropsicológicas. La práctica deportiva precisa la
integridad de todos los sistemas orgánicos, por lo que cualquier cantidad de
alcohol afecta significativamente tanto al rendimiento como a la recuperación
del deportista”.
Es cierto que abusar del alcohol puede alterar diversas
funciones corporales y comprometer la salud y el rendimiento del deportista,
pues es una sustancia tóxica que nuestro cuerpo tiene que neutralizar y
eliminar. Pero es el exceso de alcohol, es decir, aquel que nuestro cuerpo no
es capaz de eliminar con suficiente efi ciencia, lo que puede provocar esos
efectos indeseados. El alcohol es metabolizado en el hígado por dos encimas: la
alcohol deshidrogenasa 1 y 2. La alcohol deshidrogenasa 1 está presente en la misma
cantidad en cada individuo, pero la presencia de la alcohol deshidrogenasa 2 va
en función del alcohol que esa persona suela consumir. Es decir, si tomamos
habitualmente alcohol, nuestro cuerpo fabrica más encimas encargadas de limpiar
ese tóxico. Hay que tener en cuenta que no todas las personas tienen la misma
capacidad de metabolizar el alcohol, por eso cada persona debe adaptar el
consumo a sus características personales.
Cuando los niveles de alcohol en sangre superan cierto
nivel, se pueden observar efectos que pueden comprometer seriamente la salud y
el rendimiento deportivo. Pero hay muchos estudios que han encontrado una
relación beneficiosa entre el consumo moderado de alcohol y diversos aspectos
de la salud, como la prevención frente a enfermedades cardiovasculares, a
algunos tipos de cáncer y a enfermedades neurodegenerativas. Por lo general, se
considera un consumo moderado tomar una cerveza al día en el caso de las
mujeres (10-12g etanol) y 2 cervezas diarias en hombres (20-24g etanol).
Y, lo que a los deportistas más nos interesa, ¿es buena la
costumbre de tomarse unas cañas con los amigos después de entrenar? Para
responder a esta pregunta, investigadores del CSIC y de la Universidad de
Granada llevaron a cabo un estudio en el que comparaban dos estrategias de
rehidratación después de 60min. de carrera al 60% de VO2 máx. y a altas
temperaturas. Unos corredores bebían agua en la cantidad deseada y los otros
bebían 660ml de cerveza y a continuación agua a demanda. Tras analizar una
serie de parámetros indicativos del nivel de hidratación, composición corporal,
endocrinometabólicos y psicocognitivos susceptibles de verse afectados por la
cerveza y el alcohol que ésta contiene, no encontraron ningún efecto que la
desaconseje. Al contrario, la cerveza permitía recuperar las pérdidas hídricas
y las alteraciones de distinto tipo determinadas por el ejercicio, por lo menos
en la misma medida en que lo hace el agua.
Como ves, parece que no hace falta renunciar a esa costumbre
tan española de cañas y tapas con los amigos, pero recuerda que hablamos
siempre de un consumo moderado. Mi aconsejo es que alternes una caña y un vaso
de agua para una correcta rehidratación y para diluir aun más el alcohol de la
cerveza.
1 comentario:
¡Que peso me quitas de encima, caña a la caña!
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